domingo, 25 de septiembre de 2011

Un país de gente valiente

 
Sigo con mis andanzas y primeras impresiones de la vida en el Reino Unido y hoy tengo que rendir un sincero homenaje a todos aquellos que viven en este país y consiguen mantener un tipo fino.

No voy a hacer comentarios sobre qué tal estoy comiendo hasta ahora, para no preocupar a mis progenitores, tan sólo voy a decir que aún no estoy totalmente establecida, pero que intento hacer lo más que puedo.

El caso es, que es muy difícil resistir la tentación de probar todos los tipos de galletas, bizcochos, muffins, chocolates, patatillas... porque su precio es infinitamente inferior al de la comida sana. Y por si fuera poco, podrás tardar en encontrar el pasillo de la fruta en el Sainsbury, pero te aseguro que el chocolate y la guarrería toda la encuentras sin haberla buscado, sobre todo porque la mayor parte de las veces el espacio dedicado a ellas es enorme.

Entonces... ¿cómo te vas a poder resistir a comprar un Twix por 36 peniques, o un Kinder Bueno por 55, si solo una botella de agua te cuesta 59 o un kilo de peras 2 libras y media? Es muy difícil. Tienes que tener una fuerza de voluntad supina para poder enfrentarte a este tipo de retos cada día, especialmente si eres una persona a la que le pierde el dulce (véase mi caso).

Bueno, esto es todo por hoy, mañana me voy a Londres, así que aún tardaré en renovar unos días.

En mi ausencia, dejo la recomendación musical de la semana, tal y como le había prometido a mi hermana. Una canción que estoy escuchando mucho estos días, de un grupo que espero poder ver en directo en breves.

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