viernes, 25 de noviembre de 2011

Visitas

Hoy llegaron mis primeras visitas y eso hizo que esta semana haya estado muy ocupada, porque tuve que adquirir todo lo necesario para montar el campamento base, que luce así: 

Fue genial ir a la estación a esperarlas, un viernes a las cinco de la tarde, momento de máxima actividad de transportes en este país. Lo divertido es que en mi misma situación estaban tropemil personas: chicos, chicas, jóvenes, mayores... todo el mundo viendo hacia la escalera, que poco menos parecía una pasarela. Especialmente, cuando llegó el tren de Londres, que debía de estar de llenísimo, porque empezaron a aparecer masas de personas... 


Mientras esperaba, me dio tiempo de observar a la gente, que es algo que a mí me encanta. Y el motivo de mi inspección, esta vez, fue la forma de saludarse. La de los chicos, mucho menos afectiva que la nuestra: apretones de manos acompañados de palmadas en la espalda (no sé si me explico), ligeros abracillos y un "Good to see you man". Las mujeres en general, más cariñosas y nosotras en particular... creo recordar que empezamos a "gritar" mientras nos abrazábamos. No en plan quinceañera histérica, pero sí una interjección del tipo "¡Ahhh!" que resumía en una sola sílaba todo el tiempo que habíamos pasado sin vernos y la alegría de habernos vuelto a encontrar. 



Esta vez cumplimos nuestra promesa. Desde que el año pasado por esta época intuímos que este lo íbamos a pasar en UK las tres, dijimos que teníamos que buscar un pub en el que reunirnos periódicamente. Y aquí estamos, un viernes por la noche todas en Sheffield. 

Hoy tocó ruta por el centro, Division y West Street, con parada en el Frog&Parrot para cenar. Asistimos a un concierto en primera fila, el de una chica de la que me gustaba su pintalabios, justo el color que yo tanto busqué por Vigo. De todas formas, puede que el resultado en mí no fuese el mismo, porque ella era la típica inglesa rubita y yo... bueno, a mí ya me conocéis =) Gracias a ella, Paloma descubrió Common People, de la que hablé aquí con anterioridad, y de tanto hablar de ella desde entonces, pasará a formar parte de la banda sonora de este fin de semana.
De vuelta a casa, tuvimos tiempo para ponernos al día con nuestras vidas. Me encantan esos momentos: horas y horas de conversación en las que no consigues contar todo lo fundamental de los últimos meses, porque siempre quedan anécdotas atrás que sirven para crear nuevos hilos al día siguiente. ¿Cuántas veces diremos buenas noches antes de realmente callarnos y empezar a dormir?

Ahora vamos a dormir, que mañana madrugaremos para ir a York. 

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