sábado, 26 de noviembre de 2011

York


Cuando nos planteamos esta reunión previa a la Navidad, barajamos todo tipo de destinos: Oxford, Cambridge, Birmingham, Bath... pero al final decidimos tirar para el norte, montar el campamento base en Sheffield (dada su estratégica localización) y desplazarnos desde aquí a York, que tras quedar clasificada para la gran final con Leeds, resultó ganadora gracias a la insistencia de todos los que ya habían estado allí. Y la verdad es que tenían razón. 

Morimos de frío, eso es cierto. Esos kilómetros más al norte de Sheffield se notan mucho; pero valió la pena. 

Al llegar, nos fuimos directas a la entrada de la City Art Gallery, de donde salía el tour gratuito que organiza la asociación de voluntarios de York. Es en inglés, por si alguien estaba interesado en ir. El nuestro duró unas dos horas y media, pero está muy bien porque te enseñan muchas cosas y te cuentan otras curiosas, como la historia del joven Harry, que vio con sus propios ojos un desfile de soldados romanos sin piernas por lo que anteriormente había sido una calzada. 

Después del tour, tocó tomar algo calentito, para combatir aquellas temperaturas y un nuevo paseo, esta vez a nuestro ritmo, dejándonos guiar por nuestra intuición a la hora de decidir qué calle tomar. Estaban todas a tope de gente con esto del Christmas Shopping, que aquí se toman muy en serio. La verdad es que el ambiente invitaba a ello: un frío día del invierno inglés, próximo a Navidad, en un pueblo de calles estrechitas llenas de tiendas curiosas que invitan a hacerles una visita. También había un mercado que a mí me recordó un montón a las Ramblas: una calle ancha, con puestos a ambos lados y más personas que espacio. 



Para comer, fuimos a Nando's. Era la primera vez que iba y no será la última, porque la verdad es que la comida está súper rica, el pollo me supo ciertamente como el portugués, cuando lo hacen a la brasa. Me gustó hasta el ketchup que le eché a las patatas, que era este de Heinz que tiene una textura más parecida a la salsa de tomate que al ketchup normal y que hacía un montonazo que no tomaba. (En realidad, y aunque a algunos les sorprenda, aquí nunca tomo ketchup! Con eso de que no como en McDonald's, KFC, Burger King y sucedáneos salvo excepciones y que en los supermercados no venden lomo adobado o salchichas decentes a un precio razonable, nunca tomo ketchup).  

Por la tarde, tuvimos tiempo de visitar algunas tiendas de libros, para que Raquel y yo pudiésemos comenzar esa tradición que Paloma nos inculcó, de comprar un libro en cada ciudad que visitemos. A eso de las 4:30 - 5 se empezó a notar una disminución considerable en el número de personas que caminaban por la calle, coincidiendo con la salida de varios autobuses llenos de abuelitos que habían ido a York a asaltar los comercios en busca del regalo perfecto para sus nietos. 

Cuando ya se acercaba la hora de salida de nuestro tren, iniciamos la partida hacia la estación, para tener tiempo aún de beber algo calentito. La estación de York me gustó, me parece grande y diferente. 
De vuelta a Sheffield, paramos para comprar en el Sainsbury's, pero nos vinimos derechitas para casa, para estar a salvo del frío. 

Y después de cenar seguimos la conversación en mi cocina, dándole más uso del que nunca hasta ahora le había dado, me parece a mí. Esta vez, el tema principal fue "el futuro", sobre el que tanto tenemos que discutir. Un día completito, vaya.

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